En las ganaderías lecheras es común la aparición de mastitis en las vacas de ordeño. Principalmente la mastitis se da por un mal manejo del ganado de ordeño.

En este articulo veremos los principales síntomas de esta enfermedad y que tratamiento se debe seguir para curar una vaca que padezca la enfermedad.

Introducción

La mastitis es una inflamación de la glándula mamaria. En el que la leche sufre cambios físicos, químicos y microbiológicos, mientras que el tejido glandular mamario sufre cambios físicos y patológicos. En qué color de la leche infectada, cambia la consistencia y contiene más cantidad de leucocitos.

Etiología

La mastitis es causada principalmente por estafilococos, estreptococos y bacterias coliformes y menos importante por otros organismos como otras bacterias, virus y hongos.

Signos clínicos

  • Por forma aguda: Pirexia, anorexia, dificultad respiratoria, ubre inflamada, caliente y dolorosa. Cesación de la producción de leche. El exudado es a menudo manchado de sangre.
  • Forma aguda: ubres hinchadas, cambios en la calidad de la leche. La leche se convierte en cuajada, amarillo, líquido marrón con escamas y coágulos.
  • Forma subaguda: No hay cambios en el tejido de la ubre.
  • Forma crónica: la ubre es hemorrágica y fibrótica. Inflamación y palpable linfoma supra mamario. La ubre es gruesa, firme, nodular y atrófica, fluida amarillenta o blanca con coágulos y escamas.
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Tratamiento

Sacando la leche de los cuartos infectados. Limpieza de cuartos infectados con solución salina normal y agua destilada. Infusión de terapias antibióticas inmediatamente después de la infección. Uso continuo de antibióticos según el antibiograma.
Controlar:

Las medidas higiénicas son importantes

Los animales diagnosticados positivos deben ser ordeñados por fin.
Los ordeñadores deben lavarse las manos antes del ordeño y deben usar monos blancos bien lavados.
Se utiliza un paño limpio separado para cada vaca para lavar la ubre con un desinfectante.
No se debe permitir que el primer chorro de leche de cada cuarto caiga al piso, sino que se recolecte en un recipiente separado. Los ordeñadores no deben mojarse las manos con el primer chorro de leche.

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